viernes, 17 de octubre de 2014

Cirrosis


La cirrosis hepática es el estadio final de todas las enfermedades hepáticas crónicas progresivas. Es una alteración histopatológica difusa del hígado caracterizada por pérdida del parénquima hepático, formación de septos fibrosos y nódulos de regeneración estructuralmente anormales, dando lugar a una distorsión de la arquitectura hepática normal y a una alteración de la anatomía de la vascularización hepática y de la microcirculación1.

Causas 
La cirrosis es el resultado final del daño crónico al hígado causado por hepatopatía crónica. Las causas comunes de la enfermedad hepática crónica en los Estados Unidos son:
  • Infección por hepatitis B o C 
  • Alcoholismo
Las causas menos comunes de cirrosis pueden ser
  • Hepatitis autoinmunitaria
  • Trastornos en las vías biliares
  • Algunos medicamentos
  • Enfermedades hereditarias
  • Otras enfermedades hepáticas como esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) y esteatohepatitis no alcohólica (EHNA)
Síntomas
Es posible que no haya síntomas o que se presenten lentamente, según qué tan bien esté funcionando el hígado.

Los síntomas iniciales abarcan:
  • Fatiga y desaliento
  • Inapetencia y pérdida de peso
  • Náuseas o dolor abdominal 
  • Vasos sanguíneos pequeños, rojos y aracniformes en la piel 
A medida que el funcionamiento del hígado empeora, los síntomas pueden abarcar:
  • Acumulación de líquido en las piernas (edema) y en el abdomen (ascitis)
  • Coloración amarillenta en la piel, las membranas mucosas o los ojos (ictericia)
  • Enrojecimiento de las palmas de las manos
  • En los hombres, impotencia, encogimiento de los testículos e hinchazón de las mamas
  • Tendencia a la formación de hematomas y sangrado anormal
  • Confusión o problemas para pensar
  • Heces de color pálido o color arcilla



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